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Anécdotas de una vida

El Postre....

El postre,

Es una vivencia real, como aparece en esas películas que dicen:

Basada en hechos realas.

Todo se desarrolla en una  comida de Domingo en casa de mi suegra en una gran mesa larga y ovalada, a veces demasiada para los comensales que somos y a veces pequeña por el gran número de personas que nos sentamos en ella;los participantes a esa comida fueron mi hijo y sobrina, que comieron  muy rápido para levantarse de la mesa y tumbarse en sus habitaciones ha seguir disfrutando de la vaguedad del dia dominical,mi mujer, que pellizquea  un poco de dulce del postre y también desaparece para  hacer el cigarrillo a nuestros aposentos que están puerta con puerta con el piso de mi suegra, el Tio de mi mujer, que muchos años fumando, pero ahora no soporta el humo y convoca por arte de brujería imperios, dioses y monstruos si alguien enciende un cigarro en la  casa, mi suegra y mi madre.

Así que delante del  mantel polvoriento de migas de pan y pastelillos de la mesa nos quedamos  mi suegra, el tio , mi madre y yo, en el momento que se a de mantener una conversación en el postre. Quiero explicaros que hablamos de generaciones que vivieron y trabajaron en  una pequeña población costera catalana, personas que van desde los 73 a los 83, con vocación, sin saberlo, de protagonistas de la época de la postguerra. Entre medio, yo, tengo 47, que siempre me he sentido admirador de las juventudes de ellos, de ver esas peliculas en blanco y negro que reflejan la sociedad de cuando nací.

Al entablar la conversación de EL POSTRE, puse un apunte sobre la mesa de la película que había visto la noche anterior (sábado), en televisión española, sobre un cura que está en un pueblo de Navarra en la época del levantamiento de los Nacionales, ese cura mostraba sus diferencias sobre los mandos falangistas que dominaban el pueblo bajo los fusilamientos sin razón y las actitudes extremistas que ya conocemos. Expliqué que fue una película que me emocionó con todos los perfiles de la época . Con ello encendí  una mecha en la que empezaron a vomitar, encima de la mesa de domingo, escenas reales de esa época vividas por cada uno de los que me rodeaban; escenas que no eran interpretadas por actores que les habían marcado un guion,y que sabían que la sangre que saliera de esos cuerpos fusilados no era tomate, y que si la escena no salía bien, volverían a repetirla hasta que saliera como la quería un señor sentado en  una silla que en su respaldo estaba escrito :  DIRECTOR.

Estaba explicando, el Tio, una de las vivencias :

-          (con una cara curtida, gafas antiguas de pasta, flequillo blanquecino, mantenido con una honrosa honda que le cae en la frente)….Si, si, te acuerdas (dirigiéndose a mi madre).¿ Como se llamaba aquel que consiguió saltar del camión cuando lo llevaban al campo de la Bota?* ( lugar donde fusilaron a mucha gente los Nacionales con pretextos diversos y muy difíciles de entender).

-          No me acuerdo (alienta mi madre)

-          Si, mujer, no era el hermano de la maestra?

Las diferentes escenas que había visto en la película el dia anterior, como guion copiado, las iban contando mi familia,... en EL POSTRE.

Relaciones tortuosas entre familias que utilizaban  la falange y los Nacionales para decantar la balanza a su favor , que se interponían por el favoritismo que se tuviera hacia ellos. Yernos, cuñados, denunciados a las fuerzas opresoras de ese momento que intervenían por rencillas acopiadas desde un tiempo pasado.

Mientras hablaban sentía de verdad una emoción de tristeza, cuando por ejemplo, desaparecían conocidos de toda la vida y posteriormente sabían que habían sido vapuleados (menos mal que no matados) por insignificantes comentarios realizados en el auténtico bar del barrio donde la barrecha se mezclaba con el caliqueño (ese puro torcido aposta y negro como el carbón que fumaban muchos,…como ellos,  mi padre, antes que dejara de fumar por un infarto). Bares típicos que durante mucho tiempo cuando te sentabas a hablar, no sabias quien te estaba escuchando en la mesa de al lado. Épocas en donde lo que tu sentías  solo lo podías explicar en tu casa con las puertas cerradas

Me comentaron el allanamiento del hogar que sufrieron todas las casas del pueblo, iban  los policías buscando plata una por una. Registraban cada  rincón. En casa de mi suegra, nadie sabia que en el patio,  un señor de la gran Provincia, de alto copete,  para el que trabajaba de jovencita , le había hecho guardar cosas compartiendo el secreto solo con el padre de ella ( el abuelo). En este punto llegamos a una persona que empieza a fascinarme, el abuelo de mi mujer y empiezo a tirar del hilo para saber de él. No fue difícil, ya que con un anisete para la señoras y un carajillo (cafe con coñac)para el señor, la mesa empezaba a hablar sola, todo el mundo quería pedir turno.

Y el Tio, me sigue contando, que  mantiene una carta que recibió su padre (el abuelo) escrita con letra de la postguerra, donde las  palabras son el reflejo de la gratitud de un soldado joven de Extremadura hacia él, ya  que lo  escondió en la casa rural (cuando aún vivian en su pueblo natal del interior)  cerca de la frontera con Francia en zona catalana, cuando  perseguían a los que marchaban al extranjero. Gracias al abuelo, esa persona sobrevivió a la época pintada en negro que participó nuestra España. Lo mantuvo escondido hasta que pudo marcharse hacia su querida región sureña con vientos  sórdidos de la incertidumbre de poder llegar a su ciudad natal. Pero si…si que llegó, la carta lo demuestra.

Sigo escuchando, …escucho las palabras del Tio, que su padre, esto ya en la casa del pueblo costero, vinieron a cogerlo la Guardia Civil y se lo llevaron al cuartelillo, con toda la suerte del mundo, ya que solo fue un interrogatorio. Y claro, la suerte, como solía pasar en esas fechas, pasaba porque alguna persona considerada de “rango alto” tanto civil o militar respondiera por ti, ya que si no, las alternativas que te quedaban en esa época  eran paliza,  cárcel o fusilamiento. Resulta que el abuelo estaba en el bar, comentado anteriormente, sentado en una de esas mesas de mármol que parecía que la vejez había hecho mella en ella y que en cualquier momento se partiría al sencillo reposo de un brazo, cuando se le acercó un vecino conocido y le dijo:

-          Tu que vienes de por allí arriba (refiriéndose a que la vecindad sabía que había venido de un pueblo catalán fronterizo ), no podrías explicar un camino para estos dos muchachos que quieren dirigirse a Francia.

El Abuelo les contó el camino a seguir a  esos dos muchachos esperanzados en vivir en un suelo menos problemático que el que estaban pisando. En el itinerario, se ve que se cruzaron con una pareja de la Guardia Civil, y no sabiendo por qué y cómo, hubo una reyerta , uno de esos  muchachos mato a uno de los componentes de la Benemérita.  Y así la investigación les llevó al Abuelo sentado en la mesa de mármol que todos los días compartía un ratito con los vecinos entre cartas, humo  y copillas de coñac que se rellenaban justo hasta la línea roja que las perfilaba.

 

Continúan hablando mi suegra, mi madre y el Tio ….y yo, vendiendo mi alma por una libretilla, ya que las anécdotas se juntan  como las personas en  una cola larguísima en las taquillas de un Barça-Madrid. Pienso que no quiero que vuelvan esas épocas…pienso que la alegría domine al llanto y podamos ayudarnos entre todos para superar todo lo malo, que la palabra "rencillas", como muchas otras, desaparezcan del diccionario….en fin, pienso tantas cosas….

 

SALUD,

 

 

 

1 comentario

Elly -

Ay diossss, yo no le solía preguntar muchoa a mi abuelo sobre aquella época. La mayoría era del bando donde le había tocado en suerte vivir. Y entrecomillo lo de suerte.
La próxima vez que prendas la mecha, llévate una grabadora.
Estas historias son películas vividas.
Un abrazo y mucha mucha salud!